Ganó corazones con sus filmes ahora también lo hace con sus palabras
Al comenzar a
quererme descubrí que la angustia y el sufrimiento emocional eran solo señales
de advertencia de que estaba viviendo en contra de mi propia verdad. Ahora sé
que a esto se le llama AUTENTICIDAD.
Al comenzar a
quererme entendí lo mucho que puede
ofender a alguien si trato de forzar mis deseos sobre ésta persona, aún cuando
yo sabía que no era el tiempo correcto y la persona no estaba lista para ello,
y aunque ésta persona era yo mismo. Hoy lo llamo RESPETO.
Hoy lo
llamo RESPETO
Al comenzar a
quererme dejé de desear una vida diferente, y pude ver que todo lo que me
rodeaba me invitaba a crecer. Hoy lo llamo MADUREZ.
Al comenzar a
quererme entendí que en cualquier circunstancia, estoy en el lugar correcto en
el momento correcto y que todo pasa exactamente al mismo tiempo. Para que pueda
estar en calma. Hoy lo llamo CONFIANZA EN MÍ MISMO.
Hoy lo llamo
MADUREZ.
Al comenzar a
quererme dejé de robar mi propio tiempo, y dejé de diseñar proyectos enormes
para el futuro. Hoy solo hago lo que me trae felicidad, cosas que amo hacer y
que hacen a mi corazón cantar y lo hago a mi manera y a mi ritmo. Hoy lo llamo
SIMPLICIDAD.
Al comenzar a
quererme me liberé de cualquier cosa que no fuese buena para mi salud- comida,
gente, cosas, situaciones y todo lo que me desalentara o alejara de mí mismo.
Al principio le llamé a ésta actitud egoísmo saludable. Hoy sé que es AMOR A
UNO MISMO.
Hoy lo llamo SIMPLICIDAD.
Al comenzar a
quererme dejé de querer siempre tener la razón y desde entonces estoy mal con
menos frecuencia. Hoy descubrí que eso es MODESTIA.
Al comenzar a
quererme me rehusé a ir por ahí viviendo en el pasado o preocupándome por el
futuro. Ahora solo vivo el momento, en donde todo está pasando. Hoy vivo cada
día, día a día y le llamo a eso PLENITUD.
Al comenzar a
quererme reconocí que mi mente me puede perturbar y me puede enfermar. Pero
cuando lo conecté a mi corazón, mi mente se volvió un valioso aliado. Hoy le
llamo a ésta conexión SABIDURÍA DEL CORAZÓN.
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