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Cómo subir a un nuevo nivel de existencia sin sabotearte a ti mismo




Independientemente de si llevas una vida espiritual o no, es necesario admitir que somos seres de energía. Lo sabe tanto la religión como la ciencia y también la academia. En la psicología humana, la calidad de la energía emocional que podemos experimentar en la vida es o positiva o negativa.

Otra forma en que lo podemos ver es que existe la energía emocional de baja intensidad (apenas vibrando) y también existe la energía de alta intensidad ( explotando a todo volumen). En un mundo ideal todos tendríamos esa maravillosa y duradera carga de energía que es intensa y positiva en nuestras vidas.


Pero quiero que hagamos un ejercicio y siendo muy sincero me digas algo… ¿Dirías que tú también tienes ese tipo de energía? ¿Dirías que la intensidad y la calidad de energía que vives día a día es exactamente lo que siempre quisiste vivir? ¿Qué me dices de la calidad e intensidad de la energía que pones en tu trabajo, te inspira a ti y a los demás? ¿Y por último, qué me dices de la carga de energía que pones en tu relación con tu esposo o esposa, con tus hijos? ¿Dirías que su calidad e intensidad reflejan lo que verdaderamente sientes por ellos?


Yo te puedo decir con confianza que yo he vivido los tres tipos de vida y por esa razón sé que tú tienes una de ellas  también en este momento. Tienes  tres opciones: puedes mantener ese tipo de vida, si te gusta puedes amplificarla y sino puedes cambiarla de una vez por todas:

Vamos a ver los tipos de vida que existen para que me digas en cuál te encuentras tú:

1) La vida de la trampa:  





Es triste pero muchas personas viven presas del pasado, cosas que pasaron en la infancia o de sus expectativas que tienen sobre las demás personas. Son personas que ni por error se aventuran a lo desconocido ni se atreven a romper las barreras que ellos mismos o que otras personas les han impuesto.

Como han dejado que el pasado o que otras personas dicten quiénes son, su identidad está atrapada en una caja pequeña de creencias de lo que es posible para ellos. Y por lo tanto su experiencia en la vida y sus pensamientos, sentimientos y comportamientos diarios están restringidos por estos parámetros externos.
No nos damos cuenta, pero hay tantas cosas que hacemos por tener un poco de atención, cariño, buen trato o premios. Desde niños fuimos tratados con castigos y premios para hacer lo que los demás querían que hiciéramos, nuestros padres o tutores nos motivaban a comportarnos como ellos querían dándonos trato de aceptación y amor. En otras ocasiones mostrando una mano dura. Inevitablemente aprendimos a motivarnos por medios externos. Fue muy fácil con el tiempo aceptar esta realidad como rutina.

Y así es esta vida de obediencia, la vida del “Atrapado en la Trampa” . La verdad es que todos la hemos vivido en algún punto de nuestras vidas. Y lo sabemos porque nos sentimos contra la pared, controlados, inquietos. No todos nos hemos liberado de esta vida y aquí tienes la lamentable noticia: algunos nunca lo harán. 

Sólo existen dos salidas fuera de la trampa:

La primera es que la misma vida te de uno de sus inesperados golpes en los que pone todo de cabeza, haciendo pedazos a la vida cómoda y rompiendo la trampa de una vez por todas. La segunda forma de hacerlo es la más difícil, y es la voluntaria: toma un esfuerzo personal masivo lograrlo.

Ocurre cuando nos decidimos a ver más allá de nuestra necesidad de aprobación y miedo y es el momento en el que vemos que hay mucho más en la vida que ser arrastrados por las trampas de los demás.

Ocurre cuando hacemos lo único que alguna vez ha ayudado a alguien a diseñar un destino diferente: elegir de manera muy consciente adoptar a una nueva imagen y vida propia y luchar hasta el cansancio por traerla a la existencia mediante esfuerzo constante de alinear tus pensamientos y tus comportamientos hasta conseguirlo.


2) La vida a gusto 




Para muchos, la vida no es tan fúnebre como la vida de “la trampa”. Por medio de trabajo, dedicación y de circunstancias favorables, se forman las personas que viven una vida de comodidad a la que yo llamo las personas de la vida “a gusto”.

Son personas que han seguido caminos similares en su búsqueda por independencia, encontrar oportunidad y alcanzar la libertad y son personas que tienen casas, carros, esposos, esposas e hijos. Son personas que se sienten contentas con la vida y agradecidos por lo que tienen. Saben que han tenido que hacer algunos sacrificios como tener un poco menos de aventura aquí, un par de horas extras en la oficina allá pero que siempre sabían en qué se estaban metiendo. Vieron a sus amigos y compañeros tomar caminos similares y se veían felices así que ¿por qué no?

El problema es que con el tiempo se acumulan pensamientos en la mente y es cuando vienen los problemas…Comienzas a preguntarte ¿es esto realmente lo que quiero? ¿ es esto todo lo que hay para mí en la vida? ¿estaré haciendo demasiados sacrificios? ¿estoy viviendo mi vida o la de alguien más? ¿seré en realidad más creativo, sexy y espontáneo, o más ambicioso que esto que soy?

Muchas veces tu cerebro va a reaccionar a estas preguntas haciéndote sentir culpable por pensar así. “Has pasado por mucho para llegar en dónde estás” o “Deberías de ser más agradecido”. “¿No puedes simplemente ser feliz con lo que tienes?”



Más que una trampa, aquí estás en un bache y también comienzas a sentirte atrapado. No te equivoques, esta trampa es por mucho más cómoda y la puerta hacia las posibilidades es mucho más grande y está más al alcance que en la vida de la trampa. Tienes prácticamente un pase directo a más y a más. Pero aun en la vida cómoda existe una inquietud.

Lo que pasa aquí no es que la vida no tenga sentido, más bien se siente como un misterio ¿Cómo terminé aquí? ¿A dónde se fue mi ambición?

Mientras que aquel que está en la vida atrapada percibe a la vida como aterradora, el que está en la vida a gusto percibe a su experiencia como algo viejo.

La persona en que está en la trampa cree que no tiene potencial mientras que el de la vida a gusto ya hizo todo lo posible por alcanzar su potencial pero siente que su época ya fue. La persona en la trampa siente que no tiene voz y por eso no la usa; la persona cómoda ha usado su voz, la ha compartido y ha generado dinero con ella… pero se pregunta si esa voz es la correcta o la auténtica.

Sin embargo existe una similitud innegable entre la vida de la trampa y la vida a gusto. Sin importar si están atrapados o en un bache del éxito, ambos desean más color, más variedad, más creatividad, más libertad y más conexión. Desean un nivel más.


2) La vida del siguiente nivel





El que vive en la trampa pregunta: ¿Sobreviviré? De modo que su enfoque siempre es en si la persona estará segura o si sufrirá de alguna manera. La persona que vive en la vida cómoda (a gusto) pregunta ¿seré aceptado y tendré éxito? Así que se enfoca en pertenecer y en alcanzar satisfacción. La persona que quiere un nivel más se pregunta ¿estoy viviendo mi verdad y maximizando mi potencial? ¿Estoy viviendo una vida inspirada que inspira a los demás?

En su repertorio emocional, no encuentras el aburrimiento o la falta de objetivos de la vida a gusto por la alegría y propósitos que obtiene de estar viviendo el siguiente nivel realizando nuevas y emocionantes actividades.

Mientras que el que está en la vida a gusto cree que la vida es misteriosa, el que está en el siguiente nivel cree que la vida es mágica y llena de significado. El que está en la vida a gusto percibe al mundo como algo familiar y por lo tanto viejo. El que está en el siguiente nivel percibe al mismo mundo como uno lleno de emoción y de posibilidades ilimitadas de crecimiento y progreso.

Nosotros los que vivimos el siguiente nivel no nos sentimos aburridos o inquietos por las trampas de nuestras vidas. No somos simples pasajeros de la marcha colectiva del progreso- estamos creando a nuestro propio mundo y a nuestras propias definiciones de lo que significa crecer y progresar. Estamos totalmente viviendo y experimentando las vidas que queremos no cediendo o persiguiendo la vida de otras personas.

No hemos estado a la deriva en años, sino que disfrutamos de la frescura de un control consciente y presencia en la que colocamos bien el pie sobre el pedal para ejercer justo la presión justa dependiendo de si lo que se quiere es acelerar o bajar el ritmo para disfrutar del paisaje.

No estamos atrapados en los baches de nuestras viejas y conocidas habilidades, sino que estamos viviendo el presente. A diferencia de los cómodos deseamos y tenemos hambre retos que expandan a nuestras habilidades. No nos cuestionamos nuestros méritos, o fortalezas, sino que nos enfocamos en la ambición de hacer una contribución al mundo y así invocamos a todas nuestras fuerzas para lograrlo.

Cuando se trata de vivir el siguiente nivel, no nos preocupamos por hacer olas, sino que nos preocupamos por hacer lo que está bien y trasciende. Y si esto genera controversia o hiere los sentimientos de alguien en el camino, lo atendemos con todo nuestro cariño y presencia, pero seguimos la marcha.

A primera vista, podría parecer que aquellos que están viviendo el siguiente nivel han sobrepasado todos los obstáculos y están viviendo una existencia encantadora. Pero no necesariamente es verdad. Es sólo que aquellos que tienen niveles altos de desarrollo personal disfrutan del camino en el que están sin importar lo que se les presente; tienen un gran entusiasmo por enfrentarse a los retos de la vida y diseñar sus propios destinos.

Saben bien que son un trabajo en progreso, pero disfrutan de moldear su carácter y de reinventar a sus realidades. De este modo y a diferencia, no están pidiendo a la realidad o a la vida que los mantenga a salvo o contentos en absoluto. En lugar de ello buscan oportunidades para cambiar y crecer. Se enfocan en servir y contribuir al mundo. Su credo es: pregúntate qué estás dando al mundo no qué estás obteniendo de él.

 Para los atrapados o cómodos, la vida del siguiente nivel parece una estrella inalcanzable. Una energía y luz feroz que están en su propia órbita. Y así es, la vida del siguiente nivel parece estar por encima de los estándares comunes propulsado por una energía diferente y atado por razones de diferente índole.

Y sin embargo, las personas que viven en el siguiente nivel están bien centradas, y muchos te contarán que ellos mismos alguna vez estuvieron atrapados o viviendo una vida cómoda o hasta las dos. De hecho, es parte de la condición humana el comenzar siendo obedientes primero, después nos volvemos asertivos, pero seguimos cooperando o comprometiéndonos y finalmente descubrimos el poder de la elección, a llamar, a madurar y elevar la motivación por alcanzar la libertad, la expresión de quienes somos y contribución. Así, la vida del siguiente nivel nos llama después de que hicimos todo lo que teníamos que hacer, después de que nos convertirnos en quién creíamos que debíamos ser, después de vivir como creemos se debía vivir. Entonces, lo conocido, el confort y las obligaciones nos llegan y eso es cuando una inquietud y revolución interna nos manda en busca de mayores aventuras y de más sentido.

Cuando por fin lo alcanzamos, el siguiente nivel se siente como algo que nunca hemos vivido antes. Trae aparejado una energía y un entusiasmo que parece durar sin importar las circunstancias a las que nos enfrentemos.

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