Tanto el rico como el pobre, el
justo y el malvado, el sabio y el insensato, todos los hombres han soñado ser
felices.
Anoche me encontraba en una
reunión y conversaba con un amigo, la charla iba muy profunda para tratarse de
una fiesta de cumpleaños y en este tenor me preguntó si yo creía en la
felicidad eterna. No respondí invitándolo a dar más detalles sobre hacia dónde
iba la conversación y entonces me dijo que él consideraba que la felicidad
eterna era algo imposible de conseguir. Me dio algunos ejemplos de cómo ha
habido situaciones en su vida en donde se sentía pleno pero que eran periodos
muy temporales porque después venían los problemas.
Está claro que es un tema
controversial, y en mi opinión nada tiene que ver con los problemas, los
problemas están garantizados para toda la vida y si tú no tienes problemas es
porque estás muerto. Me doy cuenta que cada quién cree tener su propio concepto
de felicidad, pero ¿será realmente un concepto propio?
Son tantas las influencias que
colorean nuestro concepto de eso que llamamos <<felicidad>>:
Tu padre quería que tuvieras una
buena educación, tu madre quería que encontraras a una buena mujer u hombre
para que te casaras. Tus profesores querían que consiguieras un buen trabajo
con un horario de 9 a 7. Los medios oficiales te dicen lo que debería de ser tu
vida “ideal” y quieren que pases tu vida persiguiendo el “sueño americano” para
poder venderte sus productos y servicios. Todas éstas influencias te mantienen
atrapado… te mantienen en un estado mental caracterizado por una necesidad de
impresionar a alguien o de vivir de acuerdo a expectativas que NADA TIENEN QUE
VER con lo que realmente representa tu felicidad.
Tal vez tú lo que quieres es
dejar tu trabajo e iniciar tu propio negocio,
tal vez lo que quieres realmente es estar soltero y estés bien sin
necesitar mucho dinero o cosas materiales. El mundo a tu alrededor está
constantemente tratando de convertirte en alguien que no eres imponiendo sus
expectativas en tu vida. Esto crea un programa en tu psicología que te mantiene
constantemente tratando de llenar éstas expectativas para hacerte sentir que
eres “existoso”, cuando en realidad estás desperdiciando energía tratando de
dejar una marca en la conciencia de alguien para obtener su aprobación.
Sólo existe una forma de liberarte
de éstas ilusiones, y es volviéndote hacia ti. ¿Cómo puedes saber lo que
realmente te hace feliz, si como todas las personas buscas la felicidad fuera?
No por nada tantas personas llegan a la edad madura, habiendo alcanzado un
paraíso terrenal, con el confort material, la salud, la riqueza y la
satisfacción de todos los deseos pero sintiendo un enorme vacío interior, y una
sensación de que algo falta… La famosa crisis de los cuarenta o cincuenta, o
sesenta…
La felicidad paradójica del Autoconocimiento no depende de las emociones pasajeras que asociamos con
momentos de dicha, de plenitud, de satisfacción, o de éxtasis que pasan pronto.
Tampoco de las condiciones materiales, ni
siquiera de las falsas promesas de las religiones que te hablan de desinterés, de
encontrar la felicidad en la pobreza, en la dulzura, en la compasión, y en el
amor hacia los demás, en la búsqueda de lo Absoluto, no si para ello tienes que
emprender la búsqueda en un lugar que no es dentro de ti cuando lo que tú
buscas, eso que llevó a Marco polo a buscar en vano a la Atlántida… la
felicidad eterna… lo Absoluto… te espera en un lugar profundo y dentro.
En estos caminos escarpados, es
donde se encuentra insolente, luminosa, modesta y libre, la felicidad con los
colores del Autoconocimiento.
Karina Carlos
Una Musa
Comentarios
Publicar un comentario