La
causa raíz del estrés es miedo, ya que el miedo es la amenaza de perder
nuestros apegos. Si nos apegamos a un resultado deseado, cualquier cosa que
lo amenace se convierte en algo que tememos. El miedo de perder el control es
la base sobre la que se forma el estrés por ejemplo y crea frustración sobre lo
que no se puede controlar. Por mucho que deseemos estar en una posición de
control, nuestro apego a ello finalmente creará un miedo que se manifieste en
estrés, preocupación, ansiedad y pánico.
El
miedo trae desorden a nuestra experiencia cuando está dentro de nosotros y es
energía que suprime a la consciencia.
La
energía de activación es la fuerza que necesitamos para pasar de hacer algo que
hacemos cuando estamos en autopiloto (tales como hábitos, rutinas o relajarnos)
a hacer algo nuevo. Es la manifestación de la fuerza de voluntad. Cuando
estamos en un estado de miedo (estrés), nuestra energía de activación se desvía
y se usa en cosas que nos hacemos a nosotros mismos en contra de
nuestra voluntad.
¿Vas
tarde al trabajo y estás atorado en el tráfico? Tienes dos opciones: o te
frustras y molestas porque tienes miedo de llegar al trabajo tarde (lo cual no
te acerca más a tu objetivo de llegar a tiempo), o aceptas el momento presente
y lo usas como una lección de aprendizaje de salir más temprano la próxima vez.
Puede que tal vez uses el tiempo libre de la mañana para escuchar un podcast o
música. Hay muchas elecciones que puedes hacer en ese espacio de tiempo que
puede afectar o afectar a tu desarrollo personal.
El
estrés ocasiona que desvíes tu atención y fuerza de voluntad lejos de tu meta
inicial, trayéndote no más cerca del lugar en el que comenzaste. En un estado
de estrés y miedo, tu fuerza de voluntad se desvía hacia la amenaza no hacia la
meta y esto está en contra de tu interés. El tiempo es dinero así que pon
atención en donde estás invirtiendo tu tiempo.
Ahora
¡Desde luego que existen situaciones en donde la fuerza de voluntad debe de
desviarse hacia lidiar con la amenaza o puede que no haya fuerza de voluntad de
sobra para usar en el futuro!
Existen
dos tipos de miedos: miedo basado en sobrevivencia y miedo basado en el ego.
Los miedos del ego incluyen miedo al rechazo, a la humillación, a la pérdida, a
la incertidumbre, a la falta de control, etc. Estos miedos no son reales, pero
pueda que se sientan así para ti. Pregúntate ¿qué es lo peor que podría
pasarte? ¿La muerte, la pérdida de tu libertad o el sufrimiento de alguien que
amas? Si no es ninguno de ellos entonces estás demasiado apegado a un resultado
que no es esencial para tu plenitud. Cuando estamos conscientes de esto, cosas
extraordinarias nos esperan del otro lado del miedo. Cree.
¿Creer en qué?
¿En ti mismo? ¿En un poder superior? ¿En ambos?
Cree
en la verdad de tu situación empezando por aceptar todo lo que pasa. No puedes
avanzar en un estado de negación porque la negación es resistencia. Entonces
piensa sobre lo que temes (de un resultado por ejemplo) y por qué te hace
sentir así. ¿Qué es lo que puedes perder que te causa tanta ansiedad? ¿Qué es
esto a lo que te aferras tanto que es tan vital para tu seguridad y plenitud?
El
miedo debería de ser una alarma. Una alarma te alerta del peligro, mientras que
un programa controla y corre algo. Cuando estamos ALERTADOS por el miedo
podemos usar la lógica de nuestra mente consciente para analizarlo si es que
estamos en un peligro verdadero, en lugar de permitir que la mente
subconsciente y sus instintos primarios nos controlen impulsivamente. Aun
cuando no ataquemos en momentos de estrés y frustración, es probable que por
dentro estemos caóticos y divididos, haciendo berrinches emocionales que nadie
puede ver. Haz tu trabajo y controla al niño interior que se esconde en tu
subconsciente (todos tenemos uno).
El
miedo es una inseguridad, y la inseguridad es una de muchas disfunciones de la
condición humana. Sin embargo si no fuera por el miedo no sabríamos quiénes o
qué somos. El miedo es una ilusión. La vida está diseñada para quitarte la
ilusión y hacerte enfrentar cara a cara a tus miedos una y otra vez hasta que
no tengas otra opción que enfrentarlos, liberar tu resistencia a ellos y
volverte valiente. Una vez que te vuelves valiente estás libre de la ilusión
porque haz descubierto la verdad de qué es lo que hay del otro lado de tus
miedos.
Diseñamos
nuestras vidas para huir del miedo para que no tengamos que sentirlo, pero todo
a lo que nos resistimos nos persigue en cada esquina. Es entendible por qué
hacemos esto pero no es de ayuda porque ésta herramienta que se nos sigue
presentando es la herramienta de nuestra expansión, la herramienta de la
verdad. No serías consciente de ti si no tuvieras miedos. No deberías de
avergonzarte de ello; sin importar lo rudo que seas, todo ser humano siente
miedo. La gente que reprime el miedo es glorificada. En lugar de reprimirlo
siéntelo y llega a buenos términos con él. De este modo no sentirás la
necesidad de reprimirlo porque ya llegaste a la fuente: la verdad. Y la verdad
siempre vencerá al miedo.
Al
reprimir el miedo estas ignorando tu lección personal. Con frecuencia ignoramos
lo que nuestro sistema de guía emocional nos está tratando de decir porque no
creemos que el miedo es válido. El miedo es una bandera roja dentro de nosotros
de que deberíamos de prestar atención para que podamos escarbar y encontrar la
fuente de ese miedo. Reprimirlo es tan solo ignorar a la sombra, enmascarándola
de coraje. No examinamos el miedo que tenemos; en lugar de eso, tratamos de
enfocarnos en cualquier cosa que disminuya el nivel de miedo que
experimentamos. En ocasiones el miedo es legítimo y otras veces no lo es, pero
siempre debemos de prestar atención para que lleguemos a la verdad de por qué
está ahí.
El
miedo a lo desconocido también es común. Ya que no sabemos nada sobre lo
desconocido. Lo que realmente tememos es lo que nosotros proyectamos ahí.
Creemos que sabemos qué cosa negativa potencialmente traería y huimos de la
protección de ese dolor potencial. Tememos lo que proyectamos a lo desconocido
basándonos en nuestras experiencias anteriores (principalmente en la niñez) de
incertidumbre e incomodidad. El cerebro reptiliano busca el confort, de modo
que cualquier cosa que sea incómoda alerta nuestras motivaciones de
sobrevivencia primarias. Estas banderas rojas crean momentos de ansiedad a
nuestro ego que busca placer y evita el dolor. Cuando se enfrenta a lo
desconocido, la mente se pone a trabajar y a proyectar los miedos que ya tiene
hacia lo desconocido para poder predecir qué le espera ahí. El miedo es hacia
esas proyecciones. No es miedo a lo desconocido, es lo que piensa que sabe que
esa experiencia creará. Debemos ser lo suficientemente valientes para enfrentar
y admitir lo que realmente tememos.
Puede
que esto suene un poco contradictorio, pero todo lo que hacemos, sin importar
lo estúpido o dañino que sea para nosotros, tiene una intención positiva en el
centro. Las respuestas de ansiedad suelen ayudarnos- generalmente para sacarnos
de una situación o protegernos. Cada comportamiento que generamos, aun cuando
sea perjudicial para nuestro crecimiento o felicidad, tiene una intención
positiva detrás y reconocerlo te permitirá cambiar el comportamiento. Tu mente
subconsciente quiere protegerte pero no piensa a largo plazo respecto a tu
crecimiento y felicidad; reacciona en el momento presente y quiere lidiar con
el peligro percibido AHORA. El subconsciente siempre está pensando sobre lo que
está pasando ahora y cómo solucionarlo ahora. Piensa ¿Cómo me salgo de esto? ¿Cómo
sobrevivo? Aunque tu mente subconsciente es intuitiva,
inteligente e integral en nuestro Sistema de mente-cuerpo, lo cierto es que
también es profundamente irracional y tiene la capacidad cognitiva de un niño
de 10 años. Pregúntate ¿dejarías que un niño de 10 años mande en tu vida?
Debemos
educar y guiar a la mente subconsciente usando su propio lenguaje y perspectiva
de la vida. El trabajo de la mente subconsciente es mantenerte feliz,
saludable, seguro así que cuando encuentras una forma de hacerle entender que
lo que hace te está dañando, dejará de hacer ese comportamiento. Si la mente
subconsciente tiene que elegir entre seguridad y felicidad siempre elegirá
seguridad. La auto-preservación es su objetivo principal, protegerte y
mantenerte vivo para que puedas transmitir tus genes.
No
justifiques a tu miedo. Aunque algo te pudo haber pasado que haya creado el
miedo, tal como un evento traumático, de todos modos debes de moverte más allá
de ello. Puede que sea difícil pero cuando justificas a tu miedo en cualquier
término te vuelves su prisionero. Te das a ti mismo una razón de aferrarte al
miedo porque te estás diciendo a ti mismo que este miedo viene desde afuera en
lugar de su verdadera fuente, el interior. Una vez que te vuelves consciente de
algo tienes la elección y el poder de cambiarlo.
Tus
sistemas de creencias definen tu habilidad de superar tus miedos. Si te dices a
ti mismo “No puedo vencer este miedo” te aseguras de que esto sea cierto.
Siempre y cuando lo creas será cierto en tu realidad. La percepción que tenemos
de nosotros mismos es más grande que la percepción que tiene la gente de
nosotros. Tus percepciones definirán cómo reaccionarás, lo cual a cambio define
qué tanto durará el miedo en tu vida.
Enfrentar
a tus mayores miedos será tu más grande liberación. Tus miedos son tus
problemas sin resolver; una vez que llegues a la verdad de por qué existen,
puedes resolver esos problemas y dejar de alimentar los miedos. Debemos
soltarlos y examinar lo que creemos que
es bueno y malo porque nuestra perspectiva le da forma a nuestros miedos.
Se considera que en algún momento de la vida, todos hemos pronunciado las palabras “estoy muy estresado”. Esto se debe al estado de tensión, ansiedad y nerviosismo que se genera al responder a las demandas que provienen del trabajo, escuela o la familia, y las obligaciones adicionales y problemas de la vida cotidiana.
ResponderBorrarSe puede empezar ha cambiar este tipo de situaciones, por ejemplo un paso muy sencillo., Cambie su perspectiva. Intente desarrollar una actitud más positiva ante los desafíos. Puede hacerlo reemplazando los pensamientos negativos con pensamientos más positivos. Por ejemplo, en lugar de pensar, "¿por qué siempre todo sale mal?", cambie esa idea por, "puedo encontrar una manera de superar esto". Puede parecer difícil o tonto en un principio, pero podría descubrir que esto le ayuda a dar un giro a su perspectiva.
¡Totalmente Javier! Se trata de reencuadrar la forma en la que percibimos la amenaza confiando en nuestra capacidad de hacer lo que podemos y de aceptar lo que no podemos controlar. Gracias por invitar a la reflexión.
ResponderBorrarSaludos