Todos tenemos un par de lentes a través de los cuales vemos la vida. Éstos están hechos de nuestros sistemas de creencias que pedimos prestados ya sea de la religión, las creencias que desarrollamos durante nuestra crianza y de la educación que recibimos de nuestros padres, nuestra educación académica, el sistema de creencias de nuestras amistades, la televisión y por último nuestra experiencia. Nota cómo dejé la experiencia fuera de la lista.
Desde que tengo memoria siempre he cuestionado este modelo, al menos el orden y se remonta a mi niñez cuando tenía cinco años de edad.
Un día mi hermana dos años menor que yo me metió en problemas con mis papás, éramos pequeñas cómplices de travesuras siendo generalmente yo la autora intelectual de los hechos pero en ésta ocasión ella era la responsable y a mí se me estaba inculpando.
Cuando comenzaron los regaños de mi madre corrí al baño y recuerdo que veía al espejo muy alto sobre el lavamanos y en ese momento sentí la necesidad de verme a los ojos entonces busqué mi mirada en la manija de la puerta que era de acero inoxidable y aunque la imagen era un poco distorsionada servía su propósito. No había escuchado nada que indicara que los ojos eran una ventana al alma pero algo me decía que podía encontrar respuestas ahí. ¿Recuerdas cuando tenías esos lentes y veías el mundo diferente?
Entonces me miré fijamente y sostuve la sensación de coraje y calor por la situación en la que estaba y recuerdo pensar que debía haber algo que yo podía hacer para obtener justicia y seguí mirando mis ojos esperando una respuesta. No pasó mucho tiempo cuando tuve una corazonada y entonces corrí a abrir la puerta debajo del lavamanos tomé un bote de plástico y comencé a echar productos como haciendo un pócima.
-"Algo malo le pasará a Ivonne, algo malo le pasará a Ivonne..."
Cuando estuve por terminar la tercera repetición de lo que fue un "hechizo" express escuché a mi hermana llorando, no lo podía creer. Me pellizqué para cerciorarme de estar despierta y salí corriendo en busca de mi hermana. Resulta que se había golpeado en la cara jugando con un juguete. ¿Coincidencia? Una muy hermosa sin duda, pero ello solo fortaleció mi lazo con mi hermanita. Desde ese momento supe que dentro de mi había una fuente de conocimiento y poder al que podía acceder libremente.
Hubo más coincidencias extrañas y cerca de ese mismo tiempo comencé a vivir momentos de lo que llamo consciencia acrecentada, se trata de una sensación en la cual me observo como si me encontrara fuera de mi experiencia casi como si estuviera fuera de mi cuerpo y el tiempo se detiene y no estoy segura si lo que veo es real o estoy soñando. Ésta experiencia secuestraría mi mente sin previo aviso y durarían alrededor de un minuto, nunca lo hablé con nadie quizá porque no sabía explicarlo ni conocía a nadie que explicara haber sentido lo mismo. Llegó el momento en el que ya podía vivir la experiencia a voluntad.
Fui criada como católica sin embargo nunca renuncié a mi intuición, con frecuencia la religión y mis creencias chocaban y en la jerarquía de mi sistema de creencias mi verdad siempre estaba en primer lugar.
A mis diecinueve años de edad rompí mi relación con Dios (en su versión católica), estaba muy enojada puesto que había perdido a mi mejor amiga en un accidente. Estaba devastada y culpaba a Dios. Consideré incluso quitarme la vida.
Una noche antes del accidente de mi amiga, hicimos un pacto. Nuestra amistad era tan profunda que comenzamos a dar signos tempranos de telepatía.
Prometimos que la primera que muriera vendría a jalarle los pies a la otra y a contar qué había después de la muerte. Después de morir, comenzó a buscarme inmediatamente como lo prometió lo cual fue muy difícil para mi dado el dolor que sentía entonces. Así que un día cuando sentí su presencia le dije que tenía miedo y que era necesario partir.
Apareció en un sueño dejándome saber que se encontraba con bien y nunca más me buscó. Sin embargo, tengo la sensación de que me ha estado guiando desde entonces.
Aquí comienza mi viaje espiritual, desde una perspectiva religiosa rompí mi relación con Dios y desde esta perspectiva entonces estaba invitando al enemigo, esto no fue enteramente falso ya que no hay un verdadero camino sin algo de oscuridad.
Comencé a permitir que sombras entraran a mi vida y caminé una vida de dolor, adversidad y lucha, no lo veía así entonces porque siempre fui ambiciosa y disciplinada pero lo cierto es que fue duro y un día, hace tres años las cosas llegaron a un punto en el que experimenté lo que denomino como una muerte espiritual esto es que perdí la confianza en mí misma, no creía en mí, era incapaz de socializar, no me sentía viva. Esto no era normal en mí y en lugar de ceder, peleé. Me comprometí con mi desarrollo personal y a traerme de regreso a la vida es así como llegué a desarrollar mi propia filosofía de vida.
Durante este periodo de tiempo hice mucha investigación y muchas piezas del rompecabezas encontraron su lugar. Parte del trabajo que había que hacer era reabrir la herida de la pérdida de mi amiga y sanar apropiadamente hecho que me ayudó a enfrentar muchas sombras, reveló otras verdades y no pude evitar recordar mi pacto con ella de que ella volvería para decirme que hay después.
No hay verdad superior a aquella que resuene contigo, yo encontré que la ciencia respalda lo que los maestros espirituales nos han dicho desde el principio de los tiempos y es que somos co-creadores de nuestra experiencia y que todo es uno.
La forma en la que veo a Dios ha cambiado radicalmente, cuando las cosas fueron puestas en perspectiva recordé mis experiencias de la niñez de consciencia acrecentada ya que por fin pude entender lo que significaban.
La realidad que percibimos viene de la información que recibimos de nuestros sentidos, desde esta perspectiva experimentamos una centralidad, es decir nosotros estamos al centro y todo lo demás está separado de nosotros.
Lo que yo experimentaba durante éstos momentos de consciencia acrecentada era un cambio en la percepción de la realidad, esto es que me es posible cambiar de lentes a voluntad. Con éstos lentes puedo ver a mi alrededor pero no me siento separada de lo demás y puedo verte o a un objeto y es como si me estuviera viendo en el espejo.
Para quienes no han experimentado esto puede que sean solo palabras, pero una vez que hace clic en tu mente es toda una experiencia y creo que un poco de locura es necesaria para poderla sobrellevar.
Ahora entiendo que Dios no es un tipo que me espía desde el cielo sino una fuente infinita que puedo encontrar dentro de mí.
Ésta es la experiencia de unidad tras la que van los buscadores de la espiritualidad y se llama de diferentes maneras como iluminación, despertar de consciencia, nirvana o ser el uno con el todo. Los grandes maestros Jesús, Buddha y Mohhamed alcanzaron este estado mental.
Lo cierto es que todos nacemos despiertos, conforme dejamos la niñez comenzamos a ser atrapados en la ilusión del mundo material hasta que un día tu espíritu comienza a decirte que algo falta en tu vida.
Lo que aprendí de mi despertar es que cuando llegas a la cima de la montaña ves las cosas desde una perspectiva más alta pero no es un lugar para quedarse. Después de un poco de tiempo me doy cuenta que la montaña comienza a crecer de nuevo ya que hay nuevos retos y cosas qué trabajar.
Me he propuesto hacer una guía para que puedas crear tu propia filosofía de vida, y en ello estaré enfocando mis próximas entradas, lo primero es lo primero y es empezar por una genuina curiosidad de nuestra propia existencia:
¿Para qué existe todo? ¿Qué somos? ¿ Qué es la vida? ¿Cuál es la naturaleza del universo?
Todos piensan desde una mente cuadrada. Todos quieren que consigas un buen empleo, que tengas una familia, que vayas a la iglesia, que seas una buena persona pero hay gente que comienza a ver a esta cosa (vida) se detienen un momento a mirar y entonces dicen ¿Qué chingados es esto?
¿Qué dices? ¿Te atreves a diseñar tus propios lentes?
De ser así espera las próximas entradas, exhorto a los héroes que están ahí afuera a irse preparando.
#RunWithMe #TogetherWeAreUnsttopable
Karina Carl☯s
Amiga como siempre impecable, leí con mucho cuidado todo lo que escribiste y de nuevo te doy las gracias por compartir tus experiencias.
ResponderBorrarQue loco lo de tu hermana, ósea tu mente es poderosa si ya a esa edad era fuerte.
Tremenda metamorfosis que has vivido, me identifico mucho contigo.
Coincido que uno nunca termina de crecer y escalar cuando uno quiere hacerlo, porque le tomas el gustito al aprender y superarte.
Yo también cambie mis lentes, a pesar de que soy corta de vista, ahora veo mucho mejor.
Saludos y comparto.
Qué interesante Bárbara, me gustaría que fueras invitada en una entrada donde nos contaras tu experiencia, ¿qué te parece? :)
ResponderBorrarComo siempre muy bueno!!
ResponderBorrarComo siempre muy bueno!!
ResponderBorrarQué bien que te haya agradado Oskar, recibe un fuerte abrazo :)
ResponderBorrarA veces nuestros sentidos nos engañan y no necesariamente todo lo que percibimos es la realidad.
ResponderBorrar