El desaprender

La existencia es una enorme diversidad de posibilidades, por lo que difícilmente se puede hablar de verdades absolutas. No hay nada que contradiga por ejemplo la idea de que existe un número infinito de universos como el nuestro tal y como lo muestra este vídeo:

En ésta era de la información que vivimos vamos a encontrarnos con un enorme océano de teorías que tratan de explicar los misterios de nuestra existencia basándose en la ciencia pero también encontramos millones de contenidos con los que las múltiples religiones, sectas y filosofías pretenden revelar su verdad basándose en las enseñanzas de algún líder espiritual, de doctrinas o de un conjunto de sistemas de creencias.

Cómo ser humano, me toca de manera muy individual decidir cuál es la verdad que elijo abrazar pero más importante es siempre cuestionar, investigar y asegurarme siempre de que mi propio sistema de creencias realmente es lo que adentro en el pecho resuena con mi verdad y que los principios que sigo en base a esas creencias tienen una aplicación práctica y positiva en mi vida. 

La fuente más importante e infinita de sabiduría es aquella con la que venimos integrados, ya que es un gran conocimiento y una caja de recursos muy poderosos que están ahí dentro y que sólo tenemos que aprender a accederlos. Y para accederlos la tarea más importante es fabricar nuestro par de gafas nuevas con la que percibimos la realidad y así ser capaces de crear una nueva filosofía de vida  . 

Pero el disco duro está lleno de todas esas historias que me conté, que me contó el mundo sobre quién soy y no me deja ver la realidad como es. Primero debo iniciar un proceso de desaprendizaje en el que me pueda deshacer de todas esas creencias que me fueron impuestas, o que adopté por influencia social.

Todos nacemos con un par de gafas, con la que vemos cuando somos niños, estando en esa conexión con nuestra esencia, una mirada pura. A medida que fuimos dejando la niñez, los lentes comenzaron a empañarse y ahora están casi inservibles. Ya casi olvidamos lo que era disfrutar esa visión.

Fueron muchos los factores que fueron deteriorando la claridad de nuestra visión a medida que fuimos creciendo, como las limitaciones de nuestros padres, la influencia de las personas cercanos a nosotros, nuestras propias creencias pero principalmente la influencia de la religión. Reflexiona sobre esto: la religión propone a un Dios creador del que estamos separados, ante el que o los que estamos subordinados, y debemos temor y respeto. En sus manos está nuestro destino.

Y aunque esto puede ser muy atrevido, quiero decirte que la realidad que percibes con ésta visión es una verdad a medias... Y lo digo porque es una forma de ver las cosas en la que te niegas a tí mismo el poder de crear tu realidad... En ésta realidad ¡¡Tú eres el humilde hijo de un Dios al que le debes obediencia y tú participación en la existencia es no es más que un papel secundario...Se trata de una visión que te roba tu poder....¡¡te deja un gran punto ciego!!! ...y es... que ¡¡Tú también eres parte de esa fuerza Creadora... ¡¡ERES CREACIÓN Y CREADOR!!...

La causa de ésta limitación en nuestra visión se debe a la mentirosa y difundida idea de que en el universo existen el Bien y el Mal nada más. Con ésta creencia, etiquetamos todo lo que existe con bueno o malo y nosotros separados de esto de aquello y de todo. Y así "aprendiendo" sobre la realidad fuimos perdiendo nuestras gafas "originales" que usábamos en la niñez.

Para recuperarla, además de un poco de extravagancia, se requiere tener la osadía de permitirse pensar como Creador: Dejar de pensarnos creación por un momento y meternos en el rol de ser Creadores: cuando reflexionamos sobre nuestros problemas; cuando tomamos alguna decisión; cuando pensamos en las desgracias del mundo. Adoptar una visión en la que nos fundimos con todo lo que es.

PORQUE LO SOY.

Con ésta perspectiva y sin esfuerzo nos podemos hacer de unas nuevas gafas, unas con las que pueda recobrar esa visión limpia de la niñez, en la que se percibe esa Unidad y perfección en todo lo que existe, con esas gafas sí que puedo crear una nueva filosofía, una propia, una que cuente mi historia, mis lecciones de vida, mis heridas y mis pasiones.

Tantas veces, llevamos una vida persiguiendo el éxito, la gloria y el amor y cuando lo conseguimos muy pronto alcanzamos un punto en el que aún teniendo todo esto, nos sentimos desagusto, inquietos, ansiosos… A pesar de que hemos tenido muchos logros o éxitos, aún sentimos que algo FALTA. Son las señales claras de que es tiempo de desaprender.

¿Te intriga? Puede que sí, pero debo darte una advertencia: No es un camino cómodo, ni milagroso... y NO ES PARA TODOS. Sino para los valientes y buscadores de la Verdad. Si tú crees que tienes lo que se necesita para cruzar ésta línea... puedes comenzar este mismo fin de semana con la siguiente película: Y empezar a cuestionar todo lo que sabes...

¡¡Feliz desaprender!! 

Una Musa