"El miedo a la muerte se deriva del miedo a la vida. El hombre que vive plenamente está preparado para morir en cualquier momento"
-Mark Twain
El pasado viernes, tuve un accidente automovilístico.
Iba camino al trabajo en el carril de alta velocidad rozando el límite de 80 km
por hora cuando un vehículo que iba en el carril vecino vaciló haciendo un
movimiento brusco. Mi reacción fue la de esquivar al coche girando el volante
hacia la izquierda y sospecho que debido
a la velocidad que llevaba la parte trasera del coche golpeó el muro de
contención disparándome hacia el interior del periférico en terreno de los
demás carriles perdiendo así completamente el control del vehículo. El volante
giraba a la derecha y hacia la izquierda sin que lo pudiera controlar. Recuerdo
muy claro el instante en el que puedo observarme dentro del carro pensando que
el fin de mi vida había llegado. Extrañamente dentro de esa sensación, había
una gran calma, era casi como si estuviera preparada para morir. Fueron
fracciones de segundos…Giré varias veces sobre mi eje y podía escuchar el
sonido de los neumáticos quemando contra el pavimento hasta que noté que de
pronto me detuve. Fue entonces cuando sentí un impacto por la derecha cerrando
los ojos y bien sujeta aún del volante. Abrí los ojos y tan solo esperaba los
siguientes impactos de los coches que venían atrás de la carambola que suele
hacerse en un accidente así en el anillo periférico de la ciudad. Escuché un
gran silencio. Cuál fue mi sorpresa al descubrir que estaba viva y completa. Después
de unos segundos bajé de mi vehículo y busqué la mirada de la conductora que
manejaba el coche contra el cual me impacté quién también se había bajado del
vehículo para ver los daños preguntándole si se encontraba bien. Ella con cara
de susto me contestó que sí, sobrevivimos.
Tanto el oficial de Vialidad como el ajustador de la
aseguradora coincidieron en que había sido un milagro que tanto los daños
físicos como materiales hayan resultado ser mínimos debido al peligro al que
estuvimos expuestas.
Todavía siento que es un sueño, que alguien me pinche
el brazo. ¿Es posible correr con tanta suerte? El daño que sufrió mi carro fue
mínimo, no hubo sangre, el seguro cubrió absolutamente todo sin que tuviera que
pagar deducible, físicamente me queda un poco de dolor de espalda nada más. Aún
me cuesta dar crédito y desde luego estoy infinitamente agradecida con la vida
de darme una nueva oportunidad. No puedo evitar preguntarme ¿qué mensaje o
enseñanza me trae este evento?
Me desconcierta la calma que experimenté cuando creí
que mi vida había llegado a su fin. Ya había llegado a la conclusión por mí
misma de que estoy preparada para morir y con este evento lo confirmé.
No me malinterpretes, amo la vida, puedo decir tranquilamente
que estoy en la etapa más feliz de ella.
Uno de mis autores favoritos Napoleón Hill escribió sobre el principal miedo del hombre, el miedo a la muerte y de lo importante que es superar este miedo que es una de las principales causas que nos mantiene pobres.
Este miedo tiene mucho que ver con tus creencias sobre
religión y lo que viene después de la muerte, pero sin importar cuáles sean
éstas, es importante hacer paz con la idea de la muerte como un evento
inescapable.
Porque de no hacer paz con esa idea, entonces no
podemos encontrar propósito en la vida. El miedo a la muerte es totalmente inútil.
Porque la muerte vendrá sin importar lo que la gente piense sobre ella. Dice
Hill “Acéptala como una necesidad y saca al pensamiento de tu mente”.
Desde luego, el miedo también tiene que ver con la
forma en la que llevas tu vida. ¿Vives expresando toda tu plenitud y equilibrio? Si la
respuesta es sí, entonces no hay nada que temer o lamentar.
Ahora sé que el evento de este viernes no es más que una oportunidad
de poder dar crédito de que cuando aceptas a la muerte la vida te sonríe y de forma extraordinaria para
que con tu historia puedas inspirar a otros.
Te dejo con un inspirador video del
gran filósofo Alan Watts con el que terminarás aceptando la muerte y encontrándote con la verdadera libertad:
Karina Carlos
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderBorrarHola, gracias por compartir esta enseñanza, me ayuda muchisimo. Saludos desde Argentina
ResponderBorrarGracias por compartir esta enseñansa, la verdad que me ayuda mucho a reflexionar sobre el miedo, en todos sus aspectos. Saludos desde Argentina!
ResponderBorrarQue tal Ruth, qué grato saber que encontraste en ella inspiración, un abrazo vigoroso desde la distancia hasta Argentina.
BorrarSon momentos cruciales en nuestro andar pero llenos de vida y enseñanza.
ResponderBorrarSaludos Karina y gracias por compartir.